Tener unas nociones financieras es importante

¿Pérdidas? ¿Ganancias? ¿Cash-flow? ¿Activo y pasivo? Una empresa funciona a base de estos términos. Da igual que se trate de un proveedor de servicios informáticos, un transportista, industria pesada, agricultura, internet… todo se reduce a dinero que entra y dinero que sale. Y un adecuado equilibrio entre los flujos entrantes y salientes de caja es fundamental para la supervivencia de la empresa: al fin y al cabo muchas empresas perecen en el intento no tanto porque su negocio no sea viable, sino porque en un momento determinado se ven ahogados por desequilibrios financieros.

Entender la dinámica de flujos financieros dentro de la empresa nos dará la posibilidad de realizar una buena planificación financiera a medio y largo plazo. Y una adecuada planificación financiera permite prever cuándo y en qué cantidad surgirán las necesidades de financiación, y establecer con tiempo los mecanismos necesarios para cubrirlas en las mejores condiciones posibles. También nos permitirá saber cuándo vamos a tener recursos para invertir y, de nuevo, planificar dichas inversiones para optimizarlas.

Un conocimiento suficiente de qué instrumentos financieros (tanto de financiación como de inversión) están a tu alcance permite ampliar el abanico de opciones para ajustarla a las necesidades concretas de la empresa.

Por lo tanto, el conocimiento operativo del negocio, siendo muy importante, no es suficiente. Porque si no viene acompañado de una mínima concepción financiera de la empresa nos podemos encontrar con que no alcanzamos a cubrir lo importante: la supervivencia y la rentabilidad de la empresa.

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