Más de 30 millones de mensajes se comparten diariamente a través de esta aplicación considerada por los expertos como “el instagram del futuro”. Su valor de mercado ha subido a 15.000 millones de dólares y su creador, Evan Spiegel de 24 años, confirmaba recientemente sus planes de salir a bolsa. Pero, ¿en qué reside el éxito de Snapchat?
Snaptchat cuenta ya con 100 millones de usuarios activos al día, que equivaldría a un 9% de los usuarios de telefonía móvil de Estados Unidos. Fue creada en 2011 y, poco después, saltó a la fama al rechazar la oferta de Facebook, que trató de comprarla por 3.000 millones de dólares.
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QUÉ ES SNAPCHAT
Para aquellos que no la hayan utilizado aún, Snapchat es una aplicación de mensajería instantánea que permite enviar imágenes y vídeos a uno o más amigos, con la peculiaridad de que estos archivos se ‘autodestruyen’ al poco tiempo de ser recibidos. Así, mientras que con otras aplicaciones como whatsapp, el contenido que se comparte puede ser almacenado, en Snapchat las huellas quedan borradas casi de forma inmediata. ¡Ojo! No es seguro al 100% ya que nadie está exento del temido pantallazo.
Su funcionamiento es similar al de cualquier otra aplicación de esas características. Se escoge el archivo a enviar y se comparte con aquellas personas que se desee y que se encuentren dentro de nuestra lista de amistades. A la hora de enviar el mensaje se puede definir la duración que se quiera antes de que se ‘autodestruya’.
Los usuarios de esta app tienen entre 13 y 14 años principalmente, por lo que es una gran desconocida para el mundo adulto, más centrado en otro tipo de aplicaciones más ‘conservadoras’.
UN EJEMPLO A SEGUIR
El ‘boom’ de esta aplicación ha venido, también, de la mano de los blogueros e ‘influencers’ que han sido los grandes promotores del uso de esta herramienta. La utilizan para comunicarse con sus seguidores de una forma más directa, algo que ha propiciado que sus fans, por imitación y para contactar con ellos, se abran más cuentas.
El de Snapchat es un caso de éxito a tener en cuenta. Su crecimiento ha sido vertiginoso y poco se podían imaginar esos veinteañeros de la universidad de Stanford que la pusieron en marcha, dónde estarían tan solo cuatro años después.
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Fuente de la imagen: wired.com
