En los últimos años uno de los términos financieros que más ha crecido en cuanto a difusión mediática ha sido el de la independencia financiera. Se trata de un término interesante que, puede proporcionar algunas lecturas a tener en cuenta incluso por quien no vaya a participar de todo el conjunto de la idea que descansa detrás de él.
En una definición inicial, simple, podríamos decir que la independencia financiera sería el momento en el que ya no dependemos económicamente de ningún tipo de trabajo o esfuerzo laboral, y no vamos a perder capacidad económica ya que tenemos el suficiente dinero como para poder vivir de manera holgada.
¿Qué es realmente la independencia financiera?
La independencia financiera se entiende como la meta final de un proceso que se inicia con el ahorro y la búsqueda de la libertad financiera.
Estos dos términos, en la independencia y libertad financiera, ganaron mucha popularidad a finales del siglo XX gracias a los escritos del autor Robert Kiyosaki que, en el fondo, puso palabras y conceptos sobre un término tradicional que consiste en buscar fuentes de ingreso suficientes como para no tener que depender del trabajo.
En toda la teoría que se ha construido alrededor de la libertad financiera, está sería el método a través del cual lograr la independencia financiera.
El proceso a la libertad financiera
En la libertad financiera se establecerían los mecanismos a través de los cuales se busca aumentar los ingresos que provienen de fuentes pasivas, en las cuales no hay que exponer la fuerza de trabajo. Un ejemplo es el de las inversiones.
Se supone que la libertad financiera se alcanza en el momento en el que los ingresos de las inversiones pasivas permiten no sólo vivir holgadamente, también ahorrar y reinvertir para el futuro. En este punto se entiende que se ha ganado calidad de vida y que a través de la libertad financiera se obtendrá la independencia económica.
En todo esto hay una base interesante que siempre deberíamos valorar ya que se trata de un proceso que parte de un concepto muy saludable que es, iniciar un buen estudio de la economía personal para ser capaces de equilibrar los gastos y los ingresos el inicio, y apostar por el ahorro y la inversión como las herramientas que serán las que nos proporcionan esa libertad financiera.
Hay que tener en cuenta que para todo el mundo no será lo mismo. En algunos casos, la libertad financiera consistirá en ser capaces de lograr el equilibrio entre gastos e ingresos que permita vivir con holgura y ahorrar al futuro, obteniendo un rendimiento, pero sin dejar de trabajar.
En otros casos más extremos se buscará, a través del minimalismo y la frugalidad, reducir tanto el nivel de gastos que las necesidades de ingresos complementarios cada vez sean menores, de esta manera los objetivos de independencia financiera son más fáciles de alcanzar.
En cualquier caso, se visualice como una herramienta para cumplir de manera explícita y a rajatabla, o se visualice como una fuente de consejos e ideas que se pueden aplicar en otros modelos menos agresivos de búsqueda del bienestar económico, se trata de algo interesante y que siempre deberíamos tener presente: la constancia, el hábito del ahorro y la inversión son buenas herramientas a medio y largo plazo en todos los casos, siempre que se planifiquen y se lleven a cabo con criterio.
