Las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan un reto constante: adaptarse a un mercado globalizado y digitalizado. De cara a 2025, algunas tendencias se posicionan como pilares clave para la competitividad y el crecimiento de las pymes.
Desde la adopción de inteligencia artificial hasta la obligatoriedad de la facturación electrónica, este es el panorama que marcará el futuro.
La inteligencia artificial como motor de cambio
La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el funcionamiento de las pymes. Según un estudio de Salesforce, el 64 % de estas empresas ya ha adoptado o está explorando la IA, y un impresionante 83 % asegura que esta tecnología ha incrementado sus ingresos. No es solo un lujo para grandes corporaciones; hoy, herramientas accesibles permiten a las pymes optimizar procesos, automatizar tareas y tomar decisiones más informadas.
Por ejemplo, la IA está transformando sectores tradicionales como la asesoría fiscal. Más del 67 % de los profesionales del sector considera que, para 2025, la IA habrá reducido significativamente el tiempo destinado a tareas administrativas. Además, tecnologías como los asistentes virtuales están facilitando la creación de planes de negocio personalizados y la resolución de dudas fiscales, algo que antes requería largos procesos manuales.
El potencial de la IA no solo está en la automatización. También abre puertas a nuevas oportunidades estratégicas, desde análisis predictivos para ventas hasta una mejora en la experiencia del cliente.
Normativa y digitalización: un reto ineludible
Otro gran cambio viene de la mano de la normativa Verifactu y la obligatoriedad de la facturación electrónica. Estas regulaciones buscan no solo simplificar la facturación, sino también garantizar el cumplimiento normativo. Para muchas pymes, esto representa un desafío, pero también una oportunidad para modernizarse.
Actualmente, solo el 47 % de las pymes en España tiene un nivel adecuado de adopción digital, según datos del Grupo Aitana. Sin embargo, casi la mitad de estas empresas planea realizar inversiones tecnológicas significativas en los próximos años. La integración de sistemas de facturación electrónica no solo asegura el cumplimiento con la ley, sino que también mejora la precisión y el ahorro de tiempo en las gestiones diarias.
La resistencia al cambio puede jugar en contra de muchas empresas, pero quienes adopten estas tecnologías tendrán una ventaja competitiva clara en un mercado que cada vez valora más la eficiencia y la transparencia.
Ciberseguridad: una prioridad para el futuro
La digitalización trae consigo enormes beneficios, pero también nuevos riesgos. Las pymes no están exentas de los ciberataques, y la creciente sofisticación de estas amenazas, impulsada por tecnologías como la IA generativa, aumenta su vulnerabilidad.
Gartner estima que en 2025, la IA generativa estará involucrada en el 17 % de los incidentes de datos, mientras que el gasto mundial en ciberseguridad alcanzará los 212.000 millones de dólares. En España, el 63 % de las pymes se siente insegura ante un ciberataque, según Sharp. Esto no es un dato menor: un ataque puede interrumpir operaciones, dañar la reputación y generar pérdidas económicas significativas.
Es urgente que las pymes inviertan en soluciones de ciberseguridad y en la formación de sus empleados. Hoy, solo el 31 % de estas empresas forma a su equipo para identificar amenazas como el phishing o el ransomware. Esta brecha en preparación puede marcar la diferencia entre superar un incidente o enfrentarse a pérdidas irreparables.
Invertir en sistemas de detección y respuesta avanzados, junto con una política de capacitación continua, se convierte en una estrategia esencial para garantizar la resiliencia ante el futuro digital.