Ya es una realidad, la vieja aspiración de los autónomos dependientes en relación a la posibilidad del acceso a la prestación por cese de actividad sin la obligatoriedad de poseer contrato registrado con el cliente principal ya es un hecho aprobado y sancionado por el Consejo de ministros.
Realmente, es una buena noticia fundamentalmente para aquellos emprendedores cuya actividad profesional depende en un 75% de un único cliente, ya que a partir de ahora, simplemente con la demostración de esa vinculación se podrá llegar a percibir la prestación por cese de actividad; recordamos que hasta este momento resultaba obligatorio la presentación de los contratos inscritos en registro, de esta manera se podía acceder al paro autónomo.
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A pesar de tratarse de una buena noticia para una figura creciente en los últimos años en nuestro país tanto desde el punto de vista de la creación de empleo como respuesta a la escasez de oferta al mercado laboral, como, desde la perspectiva de la creación de pequeñas empresas cuya economía depende en buena medida de un único cliente, lo cierto es que la situación de los autónomos emprendedores en nuestro país sigue arrojando claroscuros que no permiten ni mucho menos lanzar las campanas al vuelo aunque, obviamente, estas pequeñas mejoras son bienvenidas y resultan tonificantes.
En cualquier caso, cuestiones como la mejora del acceso a la financiación, la flexibilidad en las tramitaciones y documentaciones, así como políticas decididas de lucha contra el trabajo sumergido, son aún entre otros muchos elementos que se deben resolver para lograr un panorama del trabajo autónomo más positivo.
