El ejemplo Canadiense

En plena ebullición del debate sobre la financiación a los emprendedores, un debate que viene de largo y que a pesar de los recientes anuncios por parte de varias entidades financieras españolas de un aumento considerable de la financiación a pymes no ha mejorado, surgen iniciativas internacionales dignas de que nos detengamos a estudiarlas, como los incentivos que Canadá asume pagar a los emprendedores.

La iniciativa del gobierno canadiense, orientada a la creación de nuevas empresas tecnológicas (pero que no se cierra a la atracción de empresas ya en proceso de formación o establecidas) apuesta por, entre otros incentivos,  llegar a asumir hasta el 80% del sueldo de los emprendedores.

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Una apuesta decidida y fuerte

En la base de esta apuesta canadiense está sin ninguna duda plantear una competencia encarnizada en el segmento del emprendimiento tecnológico con su vecino Estados Unidos. En el caso de los emprendedores los incentivos no se plantean como un crédito fiscal con proceso de devolución, sino una auténtica rebaja en forma de cheque para la cobertura de gastos.

No estamos ante algo nuevo en la postura de Canadá, ya desde hace años a los movimientos de atracción a las grandes empresas tecnológicas son más que evidentes, debemos tener en cuenta que hoy por hoy dentro del top ten de las mayores compañías tecnológicas internacionales, siete de ellas poseen ya grandes oficinas en el país.

Con una apuesta por la concentración de empresas de reciente creación e innovación en la región de Waterloo, parte de las condiciones básicas para acceder a este modelo incentivos tiene que ver con la adopción de nacionalidad canadiense por parte del emprendedor o el control accionarial mayoritario por residentes en Canadá. Mientras que en el caso de las filiales de otras empresas internacionales asentadas en el país, el acceso a los incentivos se reduciría hasta 50% de las ayudas para afrontar salarios, entre otros incentivos.

Sin duda una política agresiva en busca de  a potenciar el sector tecnológico como fuente de ingresos y renovación del tejido productivo del país.

 imagen  pixabay.com

 

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