Seguro que os ha pasado: vais a cobrar vuestra primera nómina en la empresa. Piensas que vas a cobrar cierta cantidad pero cuando ves el extracto, te llevas la sorpresa: no te han ingresado todo lo que tu pensabas. Esto se debe a que una cosa es el sueldo bruto y otra el neto. Debes conocer que es cada uno y sus diferencias para para así evitar estas sorpresas . Y es que algo tan habitual como negociar un nuevo salario puede variar mucho dependiendo de si hacemos referencia a la cantidad en bruto o neto.
Sueldo Bruto
Es el dinero total que percibe un trabajador por el trabajo que desempeña antes que al mismo se le efectúen las correspondientes retenciones y cotizaciones que se practican en cada nómina.
Cuando un trabajador arregla un contrato con una empresa y por el mismo un determinado sueldo, el salario bruto es el dinero de partida con el cual este contará y a partir de esta cantidad cuando se empezarán a aplicar deducciones, retenciones y demás.
Sueldo Neto
Es el monto que realmente que recibe un trabajador en forma de sueldo una vez aplicadas las retenciones y deducciones de tasas de la Seguridad Social y el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esta cantidad se conoce también como sueldo líquido y es la cantidad final que llegará a la cuenta del trabajador, una vez que se han aplicado las respectivas tasas al salario bruto.
¿En qué consisten exactamente estas deducciones y cuánto se llevan de un sueldo?
Las cantidades que se restan del salario son las que corresponden al Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y a una cuota entregada a la Seguridad Social. La primera de ellas es,principalmente, un dinero que el Estado y la Agencia Tributaria guarda en previsión de lo que después deberá pagar a Hacienda. De esta forma, si una vez realizada la declaración de la renta, sale a pagar, la cuantía será algo menor debido a que ya has abonado una parte. Si por el contrario sale a devolver, Hacienda te devolverá ese dinero.
La cuantía de retención de IRPF variará en función de los ingresos que ha tenido el trabajador, además de su situación familiar. Cuanto más alto sea el salario, lógicamente mayor será el porcentaje destinado a Hacienda. La Agencia Tributaria dispone de unas tablas con los porcentajes que pueden ayudarte a evitar posteriores sustos a la hora de cumplir con hacienda.
En cuanto a las cuotas a la Seguridad Social, estas también dependen de la situación del trabajador, pero en este caso contractual. Hay que recalcar que estas aportaciones se dividen ente el empleado y la empresa, por lo que el primero sólo deberá pagar un porcentaje del mismo establecido anualmente en los Presupuestos Generales del Estado.
De esta forma, la nómina que percibe el trabajador funciona, por así decirlo, como un recibo que la empresa le entrega como justificante del trabajo realizado. Es importante conocer los elementos que componen la nómina porque sólo así se puede saber qué es exactamente lo que su empresa le está cobrando.
No saber diferenciar el salario neto con el bruto puede ser fatídico en una negociación laboral. Por eso debes saber diferenciar y conocer ambos conceptos para así no fracasar a la hora de negociar un salario. Lo más común es hacerlo sobre el salario bruto, aunque trabajadores tienden a hacer sus cálculos a partir del neto que desean percibir.
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Pros y contras de negociar salario en cantidades brutas o netas
Cómo Negociar en Neto
Para comprender esto mejor, vamos a explicarlo con un ejemplo de un caso real:
Un trabajador ha pactado 800 euros netos al mes. La empresa si acepta este pacto antes sabe que va a tener unos gastos añadidos en forma de cotizaciones del trabajador, el IRPF, etc… Un asesor financiero les muestra que van a tener que pagar además de los 800 euros de la nómina, 80 euros de cotizaciones y 80 euros en concepto de IRPF. El empresario por tanto, tendrá un coste 960 euros mensuales por este nuevo trabajador.
Ahora, pongamos un ejemplo para explicar la situación desde el lado contrario. Imaginémonos que tenemos la misma situación pero debido a un cambio fiscal del Estado sube el IRPF y si antes era un 8% ahora es un 12%. De esta forma, al trabajador se le elevarían las deducciones disminuyendo así el neto. Pero, ¿y si nosotros tenemos pactado un líquido con la empresa?
Estos dos ejemplos nos muestran que ni a la empresa ni al trabajador les interesa lo más mínimo pactar en neto.
Cómo Negociar en Bruto
Empresa y trabajador pactan previamente un salario bruto, que será indiferente a los cambios en la situación personal del trabajador y al por el tipo de contrato.
El trabajador tiene que tener en cuenta que ahora, a la hora de negociar el salario en términos brutos, las cantidades que disminuirán sus devengos, para así poder tener claro cuánto le va a quedar finalmente en concepto de líquido.
Generalmente, el pacto de salario en términos brutos se realiza entra empresa y trabajador de forma anual. No pagamos 800 euros brutos al mes, si no se calcula el total a pagar en un año, incluyendo la paga mensual y las extraordinarias.
Este es el método que deberás utilizar, puesto que te permitirá una mayor comprensión de tu salario y tanto tu como la empresa saldréis ganando.
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