Ya tenemos todo en marcha: las ganas, la motivación, el plan de negocio…Estupendo, sí. Ahora falta un pequeño detalle muy importante: el dinero. Hemos hablado en otras ocasiones de los tipos de financiación a los que pueden acceder los emprendedores, y una de ellas son los business angels, es decir: los inversores.
A la hora de mantener una reunión con un inversor, hay que llevar los deberes hechos. No podemos aventurarnos a ir con nuestras buenas intenciones, ellos necesitan entender bien el proyecto y sobre todo creer en él, por eso, más allá de todas las cosas que puedes decirles para convencerles de que tú y tu proyecto sois la mejor inversión, hay ciertas cosas que NUNCA, sí, lo decimos con mayúsculas puedes decir a un inversor, tal y como nos recuerdan en la revista Emprendedores.
«Es la primera puerta que toco»
Esta es una forma errónea de abordar a un inversor. Seguramente antes de llegar hasta él, hayas tenido que tratar de conseguir financiación para tu empresa de las demás fuentes disponibles. Lo normal es que te reciban cuando el proyecto ya tenga un recorrido. En este sentido lo mejor es que investigues qué inversores se encuentran en sintonía con tu proyecto, algo que pueden orientarte en lugares como la Asociación de Jóvenes Empresarios o la Fundación Iniciador.
«Con lo estupenda que es mi idea…»
Que tu idea sea buena, genial incluso, no significa que sea una buena inversión. Esto hay que tenerlo claro. No se invierte en ideas sino en negocios viables y si el tuyo no lo es, no tienes nada que hacer. Puede que en este momento esa ‘brillante idea’ no sea demandada o que por circunstancias externas no tenga viabilidad en el mercado en ese momento.
«Si me va bien, dejaré mi trabajo»
A ver…O se emprende o no se emprende. Sabemos que es arriesgado pero difícilmente, con todas las opciones que hay, un inversor va a invertir en un proyecto al que solo dedicas tu tiempo libre. Y si es así, al menos haz lo posible para que no se entere.
CEO, CMO, CTO, CR2P2…
Déjate de nombramientos antes de empezar con el proyecto y céntrate en lo que importa: el trabajo. Presentarse ante los inversores con tanto nombramiento puede ser contraproducente. Los inversores están más interesados en conocer datos concretos de la empresa.
«Todos hacemos de todo»
Hay que buscar un responsable que se encargará del trabajo ‘sucio’ cuando sea necesario. Es decir, cuando haya que reclamar pagos o ponerse firme con las cuentas se tendrá que designar a una persona para que lo haga. Por lo tanto, lo mejor es presentar un organigrama con una jerarquía clara, aporta mayor seriedad y confianza.
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imágenes: indianbizparty.com /
Ya veo, debo cuidar mis palabras todo lo que pueda, mil gracias por tus consejos!