Al menos, asà lo piensa Seidenbaum: «lo esencial para montar una empresa es tener una idea que satisfaga una necesidad de un número suficiente de clientes potenciales como para que sea rentable la aventura«.
A partir de ahÃ, hay un mÃnimo de cuestiones legales a abordar y una serie de costes. Pero no es tan difÃcil como a veces pretendemos creer. Con una inversión inicial limitada, trabajo e ingenio, «nos vamos quedando sin excusas para no hacer florecer nuestra idea«.
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Efectivamente, tampoco creo que sea tan dificil emprender.
Parece que buscamos la idea feliz, pero con una sencilla también funciona, y claro, además hace falta: darte permiso, tener ganas de currar y grandes dosis de sentido común.
Estoy de acuerdo con Daniel.
Creo que el problema no es tener una idea genial. De hecho siempre he pensado que al final solo es una excusa para no montartelo por tu cuenta.
Lo importante es tener una motivación clara y ganas de ser libre. La idea «brillante» es una consecuencia lógica del proceso.
Un ejemplo. Si te gustan los libros, la gente y las ganas de cambiar el mundo puedes dedicarte por ejemplo, a la formación motivacional, montar una librerÃa especializada en temas de gestión con charlas los fines de semana o hacer coaching.
Siempre he pensado que esa frase tan española de «aqui el que no trabaja es porque no quiere» era bastante prepotente y falsa, pero me estoy dando cuenta de que estaba equivocado (una vez más).