Ser un buen líder no es tarea fácil. El camino del liderazgo se va aprendiendo con voluntad y experiencia, pero durante el recorrido se comenten muchos errores que en la mayor parte de los casos se podrían evitar.
A la hora de hablar de liderazgo, es importante distinguir las diferencias entre un jefe y un líder. Ni todos los jefes son líderes, ni todos los líderes son jefes. Así es, aunque ambas cosas deberían ir de la mano no siempre sucede. No obstante, cada vez son más las compañías que han comprendido la importancia de contar con líderes a la hora de conducir equipos.
En este sentido, hay ciertos aspectos que conviene tener en cuenta a la hora de liderar equipos. Una serie de errores que suelen cometerse habitualmente y que ponen en peligro tanto el liderazgo ejercido, como la fidelidad del equipo.
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NO CUMPLIR LO PROMETIDO
Un buen líder debe generar confianza en su equipo. Así que es importante ser una persona de palabra o, al menos, parecerlo. Así, si en algún momento se promete a algún empleado un aumento, unos días libres o cualquier otra cosa se deberá cumplir con ello.
Lo mismo sucede con las amenazas. Si se avisa a algún empleado con despedirle, o sancionarle, y finalmente no se efectúa en el caso de ser necesario, la autoridad del líder se pondrá en entredicho.
ABUSO VERBAL
Estar en una situación de superioridad frente a alguien no significa que se pueda abusar de él. Un buen líder debe ser capaz de imponer su autoridad sin necesidad de faltar al respeto a sus subordinados. Además, teniendo en cuenta la incertidumbre del mercado laboral, nunca se sabe quién estará arriba y quién abajo en unos años.
DESAHOGARTE CON EL EQUIPO
Un líder no forma parte del grupo, por lo que debe mantenerse al margen de opinar de forma negativa sobre la empresa. Los ‘cotilleos’ nunca son positivos en los grupos, pero en el caso de los líderes aún menos, ya que ponen en duda su posición en la empresa.
PERDER DE VISTA LOS OBJETIVOS
A un líder le representan sus resultados. Por ello, no debe dejar nunca de lado los objetivos impuestos por la empresa. Por muy bien que se lleve con el equipo y por muy bien valorado que esté por sus empleados, si los números no le acompañan sus días en la empresa estarán contados.
DESMOTIVAR
Motivar a los empleados no es tarea sencilla pero debe ser unos de los objetivos para todos los buenos líderes. Sacar los mejores resultados y hacer que sean mejores profesionales es fundamental. Por ello, los líderes negativos y pesimistas que solo ven problemas e imposibles no ayudan nada en las compañías.
NO MOSTRAR AUTORIDAD
En ocasiones puede ser difícil mostrar autoridad sin ser autoritario y mostrarse amable sin caer en amiguismos, pero es algo que hay que intentar. En estos casos, la mayoría de las personas van probando con extremos hasta que, gracias a la experiencia, se sitúan en el lugar que les corresponde
