Financiar nuestro proyecto de empresa es sin duda uno de los mayores escollos con el que un emprendedor se puede encontrar. Además de esto, lo cierto es que generalmente el emprendedor no se encuentra muy bien orientado a la hora de emprender la búsqueda de financiación: bien por exceso o bien por defecto la predisposición y las bases sobre las que buscamos financiación suelen dejar a un lado cuestiones elementales que se convierte realmente en el buen camino para poder financiar una estartartap.
Curiosamente se trata de buena parte de esas cuestiones básicas que en el fondo todos conocemos, es decir, no hablamos de fórmulas mágicas realmente sino de la aplicación del sentido común y de las estrategias elementales en relación a la búsqueda de financiación, pero, ambos elementos, el uso de esas estrategias y el sentido común no siempre los empleamos de manera práctica.
Elementos básicos de un plan de negocios
Repasemos algunos elementos clave en esta búsqueda de financiación que siempre debieran estar presentes:
Pueden rechazarte
Y empezamos por el final. El rechazo, al menos en nuestro país, se lleva muy mal desde la perspectiva de la financiación de un nuevo proyecto, casi se considera en muchos casos un fracaso prematuro de la idea de negocio, y esto es un error garrafal que ha dado al traste con mucho algunos proyectos o que ha forzado modelos de financiación no adecuados en otros.
Un rechazo no significa en absoluto el final del camino, no todos los inversores tienen por qué estar interesados en tu proyecto, se trata en todo caso de la opinión concreta de un inversor o de un estamento financiero determinado, pero existen muchos más a los que puede sacudir y con los que puedes encontrar sintonía.
Esto es especialmente cierto en el caso de los inversores privados o los bussines angel. Por tanto una regla de oro asociada al rechazo debiera ser siempre acudir a aquellos inversores que conocemos con mayor sintonía hacia proyectos similares al nuestro. El motivo es obvio, generalmente para un inversor acostumbrado a apostar por negocios tecnológicos serán más sencillo entender y asumir una financiación en esta línea que un proyecto radicalmente opuesto, obviamente no significa que no pueda hacerlo pero si que resulta menos habitual y por tanto necesita más valoración y su valoración nunca será tan objetiva a priori.
Defiende el proyecto adecuadamente
La defensa del proyecto ante un inversor es uno de esos momentos sensibles, y desafortunadamente uno de sus puntos donde más errores comete el emprendedor. Cuando defendemos una idea del negocio lo primero que debemos tener claro es que definimos una idea concreta, esto significa que no podemos permitirnos el lujo de grandes profundidades en las explicaciones, nuestra idea tiene que ser visible de manera rápida, muy asumible en pocas palabras de modo que el inversor la pueda visualizar inmediatamente antes de comenzar la fase de desarrollo de la defensa del proyecto.
Salvado lo anterior es muy importante, y a veces también se nos olvida, no sólo defender el núcleo duro de la idea, debemos ser capaces de situarla en un contexto, incluso más aún de definir una trayectoria que nos lleva a esa idea, de manera que presentamos un pasado, presente y proyecto futuro, algo muy sólido que suele ser muy agradecido por un inversor.
En esta fase es muy importante también ser capaces de anticiparnos a las preguntas, esto tiene una doble función o misión. Por un lado debiéramos habernos puesto en los ojos del inversor para ser capaces de proporcionar información lo suficientemente eficaz como para no generar un alto volumen de preguntas, pero, además, debemos ser capaces de responder de manera rápida y concisa a las posibles preguntas que aún así surjan, no te vengas abajo porque surjan pocas preguntas, tal vez lo hayas hecho efectivamente tan bien que estas preguntas no son necesarias en esta fase.
La presentación
Este es otro elemento determinante que muchos veces no se tiene en cuenta. La primera impresión siempre causará un efecto doble sobre las posibles componendas que tratemos de poner en marcha posteriormente. Esto significa que una mala presentación inicial siempre va a causar una brecha difícil de superar por mucho esfuerzo que pongamos posteriormente. Una buena presentación no sólo reúne una mezcla de los dos puntos anteriores sino también el cuidado estético en general de la presentación, incluyendo el propio espacio físico donde se va a realizar si esto depende de nosotros.
Confianza no es exceso de confianza
La confianza siempre es un punto valorable para el emprendedor, el exceso de confianza puede ser muy peligroso. Lograr el equilibrio en este sentido resulta fundamental, Es lógico que el inversor deseo de encontrarse con alguien que defiende su idea de manera confiada, pero un exceso de apasionamiento, un uso excesivo de la verborrea o una presentación excesivamente ampuloso pude lograr el efecto contrario al que se busca. No ahorrar detalles pero ser sobrio y eficaz en la presentación siempre es una buena idea.
Por otro lado la honestidad debe considerarse un valor, debemos tener en cuenta que el uso de verdades a medias o mentiras en una presentación no va a llevarlos más que, en el mejor de los casos, a un aplazamiento futuro de los problemas, problemas que probablemente se multipliquen. Ser honesto en una presentación siempre es una buena idea.