Aprovecho esta frase popular para reseñar un interesante post sobre cómo fijar nuestros precios. El siempre certero Raúl Hernández, aquel antiguo consultor anónimo que lleva muchos años aportando contenidos de valor a la blogosfera hispanohablante, ahora es emprendedor. Ha montado una tienda online de marcos para fotos, y nos ofrece en este post una detallada descripción sobre cómo ha determinado el precio de su, por ahora único, producto.
Los emprendedores solemos ser, casi siempre, novatos en cuestiones comerciales. Una empresa no es tal si no vende, y no se vende si no hay algo que vender, y un criterio para establecer la contraprestación por nuestros productos o servicios. Establecer el precio es algo crítico, y de lo bien que lo hagamos dependerá nuestro éxito comercial y nuestra rentabilidad. Si vendo demasiado barato puedo vender mucho, pero quizás no gane nada o casi nada. Si vendo demasiado caro puedo estar fuera de mercado. Difícil equilibrio y, en cualquier caso, la piedra de toque para cualquier negocio.
Cierto, la política de precios es uno de los temas que más de cráneo suele llevar a los emprendedores nuevos, especialmente en aquellas actividades donde los costes no están tan claros.