Es un hecho. Todos los datos y todos los estudios donde se incluya la medición de la inversión media del emprendedor de nuestro país en marketing online arrojan el mismo resultado; proporcionalmente a otros países invertimos muy poco en este aspecto, es decir en lo económico apostamos poco por el marketing en la red, y sin embargo reconocemos el valor que esto tiene. Entonces, ¿Por qué nos cuesta invertir en marketing online?
Esta es otra de esas paradojas curiosas que el mundo de las estartap tiene en nuestro país. La única, recordamos un estudio reciente en el que más del 90% de los proyectos de emprendimiento reconocían haber tenido dificultades de financiación, y prácticamente el 70% de ellos reconocía también no haber acudido ningún tipo de convocatoria pública o búsqueda de subvenciones… estas situaciones se dan con demasiada frecuencia, y, en el fondo tienen explicaciones bastante lógicas.
En este último caso, el de la financiación, no tenemos más que echar un vistazo a los últimos 30 años de la historia financiera de nuestro país para comprender el motivo. Durante décadas la financiación de la creación de nuevas empresas se hizo a golpe de crédito, algo que no ocurría en los países con mayor crecimiento de emprendedores. Esta situación ha llevado a una dependencia del crédito de la cual aún hoy cuesta escapar a nivel mental, sin embargo, estamos obligados a ello, ya que como ya sabemos el crédito tal y como lo conocimos nunca volverá a reverdecer en nuestro país.
Algo similar, aunque con otras variables, ocurre en el tema del marketing online. Se trata de una de las partidas más castigadas en los presupuestos iniciales a la hora de emprender, una partida que de hecho en muchas ocasiones incluso se ignora.
Si tomamos como referencia los planes de negocios de la gran mayoría de los proyectos empresariales en países mucho más desarrollados en este sentido que nosotros, veríamos que la diferencia presupuestaria en el concepto de arranque de negocio es abismal, estamos hablando de proporciones en torno al 250% o 300% superiores a los presupuestos medios que nos fijamos en España.
Los costes fijos son fijos evidentemente,entonces de ¿dónde estamos recortando? Pues la respuesta es evidente, de factores como el marketing y la potenciación de la marca.
¿Pero es que no creemos en el marketing online?
Aquí está la paradoja. Si creemos en este modelo de marketing y comunicación comercial, de hecho somos conscientes de que es muy importante y básico para el desarrollo de nuestros proyectos de emprendimiento. Sin embargo ocurre algo que tal vez sea peor que la no creencia en el modelo; Seguimos pensando que se trata de un segmento semi profesionalizado en el que incluso sin conocimientos podemos ser capaces de nosotros mismos de sacar adelante una buena campaña de comunicación y posicionamiento de marca… el error es de tal magnitud que incluso se le puede achacar un porcentaje importante de los fracasos al menos de los proyectos empresariales en Internet, y en buena medida también de los proyectos offline.
Está manera de pensar, que afortunadamente viene borrándose en la memoria de transmisión de las generaciones nativas de Internet, mucho más conscientes de la realidad del medio que las generaciones intermedias, Es sin duda la respuesta a la pregunta que planteábamos en el título del artículo.
