Uno de los grandes retos de los emprendedores al lanzar pequeñas empresas tiene que ver con la dimensión de la tarea que supone lanzar un proyecto desde su raíz. Por pequeño que sea el proyecto empresarial en su andadura inicial posee los mismos elementos a escala que otros más grandes y la atención del emprendedor puede no distribuirse con la misma eficacia en todos los frentes.
La figura de la consultoría, que en ocasiones se limita equivocadamente a aspectos muy concretos de la operativa empresarial, puede aliviar esta carga al emprendedor alcanzando múltiples aspectos.
Reconoce tus debilidades y refuérzalas
Lógicamente hay que buscar el beneficio a partir de aquellas áreas en las que peor se desempeña el emprendedor. No todos debemos saber de todo, de hecho, este principio mal aplicado se encuentra en el origen de muchos fracasos en los primeros compases del lanzamiento de una empresa, al tratar a la hora de ajustar los gastos de no contar con consultorías profesionales en áreas determinadas y asumir la evolución de manera personalizada.
La cobertura de los seguros de protección de pago
Existe respuesta en forma de consultor a prácticamente todas las necesidades que la estartap pueda tener, desde aquellas particulares relacionadas con cuestiones como las comunicaciones de la empresa, hasta incluso la orientación del modelo de negocio, la captación de recursos humanos, etcétera.
Una visión objetiva
No debemos pensar en el consultor como en la solución a todos nuestros problemas, no es una piedra filosofal. Sin embargo, evidentemente la visión profesional y externa, no subjetiva, que la consultoría nos puede proporcionar es un recurso demasiado valioso como para desecharlo exclusivamente por motivos presupuestarios sin ni siquiera haber planteado la posibilidad de incorporación.
La capacitación profesional de un consultor le va a permitir aportar soluciones y visiones que a veces el propio emprendedor y su entorno inmediato no alcanzan a distinguir. La profesionalidad a nuestro lado siempre es un activo positivo y a tener en cuenta, y, desde luego, valorable siempre como inversión.